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Carátula de Vamos a volar pajarito

Vamos a volar pajarito

Una travesía por las músicas de tambora en la depresión momposina

El impreso Vamos a volar pajarito ha sido registrado con el ISBN 978-958-9009-64-2 en la Agencia Colombiana del ISBN. Este impreso ha sido publicado por Universidad Incca en el año 2015 en la ciudad de Bogota, en Colombia.

Además de este registro, existen otros 42 libros publicados por la misma editorial. Se destacan: Arando escribí poemas escrito por Abraham Forero Rodríguez ilustrado por Eduva Mosquera Asprilla Genesis del conocimiento una aproximación dialecti escrito por Cesar Augusto Castaño Arias Herramientas Informáticas y Estadísticas escrito por Carlos López Reyes ilustrado por Carlos López Reyes Filogenia del comportamiento escrito por Amparo Helena Bohórquez González ilustrado por Fanny Rocio Suárez Torres y Aproximación al estudio de las tres fuentes y tres partes integrantes del Marxismo escrito por José Hernando Rodríguez.

ISBN 13
978-958-9009-64-2
ISBN 10
958-9009-64-6
Editorial
Tipo
Impreso
Fecha pub.
2015-11-03
Edición
1
Reimpresión
n/d
Idioma
Español
Materia
Tradiciones de la música
Palabras clave
n/d
Precio local
150000.00
Formato
68 pgs.; 27.6 x 26.1 cm.; Libro en otro formato;
Sinopsis
VAMOS A VOLAR PAJARITO

UNA TRAVESÍA POR LAS MÚSICAS DE TAMBORA
DE LA DEPRESIÓN MOMPOSINA


Página legal.


VAMOS A VOLAR PAJARITO.
UNA TRAVESÍA POR LAS MÚSICAS DE TAMBORA EN LA DEPRESIÓN MOMPOSINA.

© Todos los derechos reservados.

Universidad Incca de Colombia
Programa de Música
Grupo de Investigación Improvizarte
Semillero de Investigación Etnomusical:
María José Salgado Jiménez
Juan Manuel Toro
Diana María Canchila
Zayda Catalina Guzmán Padilla
Camilo Andrés Pineda
Will Vargas
Sebastián López


Citése como: Universidad Incca. 2015. Vamos a volar pajarito. Una travesía por las músicas de la Depresión Momposina. María José Salgado (compiladora). Semillero Etnomusical. Bogotá. Universidad INCCA de Colombia.
www.unincca.edu.co
Carrera 13 No. 24-15
PBX: (57-1) 4442000
Bogotá, Noviembre de 2015


Contenido


Ahondar en las raíces de nuestra musicalidad Jaime Quijano Samper - p.9
La eternidad de la tambora
Diógenes Armando Pino - p.10
Mapa Depresión Momposina - p.11
Volar sobre las alas de su propia música
Avelino Niño - p.12

Al encuentro de los cantadores de la Depresión Momposina
María José Salgado - p.13
Duración

Flor de Colombia. (Guacherna) 3:48 14, 15
Volá pajarito. (Guacherna) 1:45 16, 17 Pacha Gamboa. (Tambora) 3:35 18, 19
Naranjas y limas. (Tambora) 2:37 20, 21 Herencia de mis abuelos. (Berroche) 3:12 22, 23 ¡Qué verano! (Tuna) 2:31 24, 25 Fuego las melicias. (Guacherna) 3:05 26, 27 Déjala llorá que llore llorá. (Guacherna) 2:50 28, 29
Ole Juanita ole Juliana. (Tambora) 4:57 30, 31 Cuando yo nací. (Tuna) 3:32 32, 33
Los problemas de Colombia. (Tambora) 4:03 34, 35
La guacherna de Santo Domingo. (Guacherna) 2:56 36, 37 Vuela mi toche. (Tambora) 3:22 38, 39 La piedra de Juana Sánchez. (Chandé) 2:07 40,41
Cuando yo me muera. (Tambora) 3:37 42, 43
Pascué. (Son de tuna) 2:55 44, 45
Riquezas de San Martín. (Tambora) 3:20 46, 47
Baile la niña. (Guacherna) 2:54 48, 49
Suena ese tambó. (Tambora) 3:11 50, 51
Pan de Caracas. (Berroche) 2:34 52, 53
Pato cucharo, Zumba la pava, Arrincónamela. (Rondas infantiles) 2:23 54, 55
Colombia-Colombia. (Tambora) 3:28 56, 57
Perfiles 58-64
Agradecimientos

Se expresan sinceros agradecimientos a:

Corporaciones Cantos del Río y Sonidos Enraizados por el acompañamiento realizado durante el trabajo de campo en la producción y la grabación de audio y video, respectivamente; y a los maestros de las músicas de tambora de los municipios de San Martín de Loba, Hatillo de Loba, Barranco de Loba, Río Viejo y Arenal en la Depresión Momposina, quienes colaboraron en las grabaciones, concedieron entrevistas y compartieron momentos cotidianos de sus vidas, al igual que a sus respectivas agrupaciones musicales.

Rodrigo Pardo, Álvaro Jiménez, Felipe Salazar Montoya, Juliana Correa, Edwin Hoyos, Sergio Esteban Ávila, Marcela Eunice Rodríguez, Joseyn Solano, Pedro Segundo del Valle, Miguel Caballero quienes participaron en la travesía de recuperación de esta memoria musical por los municipios de la Depresión Momposina.

Martín España, quien fue par evaluador e hizo importantes aportes durante el proceso de revisión de letras y ayudó a resolver muchas dudas e inquietudes; y a Violeta Joubert por los buenos concejos, por enriquecer los procesos y ser par evaluadora del proyecto.

Avelino Niño por guiarnos durante el proceso de investigación, y al equipo de investigadores y de músicos.

Equipo de posproducción musical, Leonardo Rangel y Alexander Roa; a la diseñadora e ilustradora, Carolina Fonseca, quien junto con el artista Benjamín Jacanamijoy, participaron con su invaluable aporte en las ilustraciones que aquí se presentan; a Laura Tello y Patricia Paloma Jiménez por los aportes en la corrección de los textos; y a Patricia Sánchez, Orlando Martínez, Lina Paola Duque, y Andrés Fonseca por su incondicional apoyo.

Maestro Jaime Quijano por prestar su concurso para hacer realidad esta publicación; a las directivas de la Universidad Incca de Colombia por brindarnos su apoyo y colaboración en la publicación de esta obra con motivo de la celebración de los 60 años de la Universidad; y al maestro Guillermo Félix, director del Programa de Música.

Al equipo de coordinación de la celebración de los 60 años de la Universidad, Marcela Giraldo y Olga Rippe, y a la jefe de la Oficina de Publicaciones, Virginia Padilla, por su colaboración en el manejo editorial de la misma.


AHONDAR EN LAS RAÍCES DE NUESTRA MUSICALIDAD

Un gran artista, musicólogo, investigador y descubridor de músicas dijo que los músicos son los verdaderos “museos vivientes”. Y no es solamente porque son ellos quienes de una u otra forma preservan y transmiten la herencia musical ancestral, sino porque la música en sí no existe sino en los pocos instantes en que ellos la hacen sonar. El sonido vive y mueve los afectos, en ese momento se crea la magia, y una serie de sonidos, que hacen un discurso con su propia y especial retórica y poética, nos conmueven y mueven el alma. Alborotan nuestros afectos.

Todas las músicas en el mundo tienen esa función especial y fundamental, hacernos vivir ese mágico momento en el que nos volvemos uno con los sonidos que nos regala la naturaleza, con el arte humano y con la confrontación con nuestros propios afectos y emociones.

Este trabajo motivado, sin duda, en primera instancia por la infinita emocionalidad que nos mueve; por la necesidad de mostrar a muchos lo que algunos lloran, ríen, sufren o viven a través de los sonidos de voces e instrumentos que acompañan la danza y el cuerpo; y que además refieren lugares, situaciones o personas del cotidiano vivir de una comunidad que necesita expresarse y que canta para sí sus afectos y sus cuitas, sus pesares y alegrías, nos va narrando cómo son y cómo sienten.

Pero, al mismo tiempo este trabajo también está motivado por la razón, que dice que es importante conocer, respetar, admirar y preservar, todo soportado en el rigor de la investigación académica, con el propósito de crear y guardar memoria, no solo para las generaciones futuras sino sobre todo, creo yo, para las generaciones presentes, depredadoras tanto de la cultura como del ambiente. Por ello este aporte lo recibimos con beneplácito y emoción, con respeto y admiración, pues es sin duda para conocer y comprender y quizá entonces respetar y defender nuestras expresiones, nuestra cultura propia y nuestras músicas.

Es por esto que resulta imprescindible que los centros de intercambio de conocimiento y de investigación y, en últimas, de formación de los fundamentos y los principios culturales propios −como son las universidades−, desempeñen un papel determinante en la compilación, la preservación y la divulgación de las expresiones culturales propias; de nuestra memoria histórica y cultural; de nuestras diversas expresiones musicales que son la expresión de nuestros pueblos, de sus vivencias, de sus sentires, pues es esa nuestra identidad e individualidad como sociedad en un mundo peligrosamente globalizado, es decir, cada vez más homogenizado.

En mi calidad de vicepresidente de la Universidad Incca, me siento honrado y orgulloso de hacer esta presentación a tan importante esfuerzo de investigación, tan bella y cuidadosamente elaborada y realizada por un grupo de investigadores del Programa de Música, bajo la dirección de la maestra María José Salgado. A todos y a cada uno de ellos les quiero expresar mi reconocimiento por la pasión y el amor con que se ha sacado adelante este proyecto en su primera etapa.

Colombia, entre otros países, con toda su historia a cuestas −esa historia llena de fortunas e infortunios−, esa historia que se rompió, salvajemente, en antes y después de la Conquista, es sin embargo una suma de expresiones que muestra una diversidad y riqueza cultural infinita y maravillosa.

La Universidad habrá de desempeñar un importante papel en el decidido apoyo que dará a toda iniciativa tendiente a compilar, preservar y divulgar nuestra cultura, en esta nueva “historia con futuro” que queremos construir.

Jaime Quijano Samper
Vicepresidente
Universidad INCCA de Colombia




LA ETERNIDAD DE LA TAMBORA

Hay una extensa zona, “un territorio de agua”, una tierra de costumbres y tradiciones enclavada a orillas del río Grande de La Magdalena, donde la magia y la oralidad vuelta cultura permanecen como signo de resistencia ante el globalizado mundo de hoy. Ahí sus gentes se aferran a sus orígenes y a su cultura en un enamorado esfuerzo por seguir siendo “ellos”, por defender su propia identidad. En ese anclaje con su tierra, con su historia, con sus tradiciones, persevera incólume una bella expresión musical y dancística llamada tambora, que ha trascendido el tiempo y el espacio y desde el pasado nos llega y permanece recordando a los moradores de esta tierra, su historia y sus ancestros.

En esa tierra llena de magia, el tiempo avanza con lentitud y sus gentes han aprendido a contemplar su presente y su pasado regodeándose de lo propio, de aquello que ni el tiempo ni la violencia, ni la pobreza han podido arrebatar, porque sus cantos, sus danzas, sus costumbres, sus tradiciones y sus leyendas, transmitidas a través de la oralidad, son tan fuertes y vivas que los embates de la modernidad no han podido hacer desaparecer.

Desde los barrancos del río, desde los caños y las ciénagas, desde los playones y los humedales y desde los montes cercanos, saltan al camino de sus gentes las voces cantarinas de esas mujeres sencillas y hermosas, que sazonan la vida del hombre riano con los cantos de tambora. En las noches de pesca y de jolgorio se escucha a lo lejos ese dum dum de los cueros y ese el golpear rítmico de mambacos, clara alusión a los ancestros; y se observa el movimiento sereno de prietas caderas, la sonrisa iluminada de nuestras mujeres, la mirada franca y alegre del negro galante, y el regocijo expresado con esa música hipnótica que se adentra por los corredores del alma, y despertando esa consciencia colectiva latente, que causa el arrebato y la alegría del lugareño, bajo la luna cómplice que desde lo alto observa embelesada la danza libertaria que gozan los nativos a orillas de las irisadas aguas del río y que ella ilumina espléndida con sus hilos de plata.

Es ahí en ese enclave, a orillas del río Grande de La Magdalena, es en la llamada “Depresión Momposina” donde fuimos sujetos por la magia, y donde escuchamos los ancestros de esta gente humilde y sencilla; donde sentimos en nuestra piel el llamado del pasado. Fue ahí donde el zambaje y el rumor de ese río cargado de historias nos cantó su melodía, el canto de esperanza de estos hombres y mujeres que ponen su alma en la perpetuación del legado cultural de sus mayores, con ese “baile cantao” que es voz de sus ancestros.

Hoy estamos aquí cumpliendo este pagamento con la cultura del río, retribuyendo las atenciones y el cariño que nos prodigaron, recordamos el calor humano de ese abrazo de hermandad con que nos premiaron y que nunca olvidaremos, y jamás terminaremos de agradecer. ¡La tambora es libertaria y es eterna!

Diógenes Armando Pino
Investigador y escritor
Tamalameque



MAPA DEL RÍO QUE NOMBRE LOS DEPARTAMENTOS DE BOLÍVAR Y CESAR, LOS MUNICIPIOS VISITADOS Y VIÑETAS EN CADA PUEBLO QUE INDIQUEN LOS CANTADORES CORRESPONDIENTES Y LOS NOMBRES DE SUS AGRUPACIONES. (Estas se citan al lado según viñetas elegidas, pueden ser círculos de los cuadros de Benjamín o creaciones tuyas).


 San Martín de Loba: Delcy Gil y Riqueza Folclórica.
 Hatillo de Loba: Gumercindo Palencia y Yacambú.
 Barranco de Loba: Ángel María Villafañe y Tambán.
 Río Viejo: Ana Matilde Alvarado Sajonero y Tambora de la Candelaria, y Rafael Mora, Matilde Camacho y Herencia Folclórica.
 Arenal: Águeda Pacheco, Casimira Olaves y la Tambora de Santa Rosa de Arenal.



A VOLAR SOBRE LAS ALAS DE SU PROPIA MÚSICA

El Semillero Etnomusical, coordinado por la maestra María José Salgado, se puso a la tarea de explorar las ignotas historias contenidas en las expresiones culturales y musicales de las zonas donde el corazón del pueblo palpita al ritmo de la tambora, con el fin de ofrecer a los colombianos el rostro auténtico y lleno de contenido de quienes sueñan sin tregua y luchan sin fatiga.

Con las coordenadas bien definidas, los horizontes despejados y enunciados en el proyecto de investigación “El intercambio cultural como herramienta de creación de nuevas músicas colombianas”, y con la colaboración y el respaldo de la Universidad Incca de Colombia, los investigadores emprendieron la audaz aventura de “en un ejercicio de reconocimiento e intercambio cultural entre el campo y la ciudad, en donde la ciudad aprende del campo y en donde el campo logra dar a conocer su cultura y potenciar el valor de sus tradiciones musicales”, como bien lo señala el mismo proyecto.

De esta manera, los investigadores quisieron acompañar los procesos que están viviendo numerosos artistas colombianos y quienes han llegado a la acertada conclusión de que la música popular necesita pensarse a sí misma para descubrir las cuerdas en las que hoy vibra, para proyectar sus inspiradas ondas sonoras más allá del tedioso mundo del entretenimiento y de la banalidad del mercado.

Sin duda, los resultados bien ilustrados y pormenorizados que se presentan en estas páginas aportan significativos beneficios, además de a la música y a los colombianos, a los diferentes y amplios campos del arte popular. Este aporte se realiza tanto desde sus técnicas, tradiciones, formas y de sus contenidos forjados en las gramáticas cotidianas de la vida, y también desde los abordajes académicos que ya están despertando a la necesidad de reconsiderar sus programas curriculares en la formación artística, en los contextos de un mundo global que ha ingresado en la era del vértigo tecnológico y que amenaza también con volver el arte una expresión de seres anónimos.

Sin embargo, el coraje de quienes desarrollan investigaciones ˗como la que da cuenta el presente libro˗, abre nuevos senderos de reconocimiento y proyección a la creación popular y muestra el inagotable espíritu creativo que logran los colombianos cuando sus anhelos tienen alas.

Avelino Niño
Magíster en Filosofía
Director Improvizarte - Grupo de Investigación Unincca
Secretario Acofartes



AL ENCUENTRO DE LOS CANTADORES DE LA DEPRESIÓN MOMPOSINA

El Semillero Etnomusical es un laboratorio de investigación-acción-creación. Está enfocado hacia la etnomusicología, mediante el cual se busca propiciar intercambios para la formación y producción de conocimiento, entre la música rural tradicional colombiana y la academia de música. Fue fundado en 2013 como resultado de su trayectoria por María José Salgado, año en el cual la Universidad Incca aprobó su primer proyecto: “El intercambio cultural como herramienta de creación de nuevas músicas colombianas”. Este proyecto propone estructurar un diseño para la investigación etnomusicológica en el contexto colombiano, mediante la construcción de una analogía con el concepto de siembra tomado de la ecología.

El proyecto ha sido pensado a largo plazo y este primer producto que hoy llega a sus manos se realizó para dar a conocer parte del proceso, la música, la cultura, los personajes, los paisajes y las historias encontradas durante este recorrido por la tambora, nuestro primer eje temático.

Las grabaciones se hicieron en colaboración con el equipo de investigadores entre el 28 de enero y el 2 de febrero de 2014, durante la “Segunda travesía en busca de los cantos del río”, en coordinación con la Corporación Cantos del Río, por pueblos ribereños de la Depresión Momposina. Allí en esa región del norte del país, se encuentra viva la tradición de tambora y viven algunos de su principales intérpretes: recorrimos municipios de Bolívar como San Martín de Loba, Hatillo de Loba, Barranco de Loba, Río Viejo y Arenal, hasta terminar en Tamalameque, Cesar en la casa de Diógenes Armando Pino.

En cada estancia nos encontramos con las cantadoras y los cantadores de mayor edad, llegamos a sus casas y compartimos con ellos, luego realizamos una entrevista diseñada por el Semilero Etnomusical y una grabación de audio con toda la agrupación, en la cual se distinguen las particularidades interpretativas de cada uno de los pueblos, sus ritmos específicos, sus formas, instrumentación, sus repertorios. Estas actividades fueron registradas profesionalmente en audio y en video por Sonidos Enraizados, la segunda corporación aliada que hizo parte de la travesía.

Esta publicación constituye el cierre de la primera fase del proyecto, que se denominó “La preparación del terreno”. Posteriormente se desarrollarán las siguientes fases: la siembra, el cuidado y la cosecha; durante cada fase se irán socializando los procesos y los avances a la comunidad, con nuevas publicaciones que ya están en proceso de preparación: entre ellas partituras de este repertorio; artículos variados sobre el tema; colección “Tambora” con un disco de cada una de las seis agrupaciones que escuchan en el presente libro; “Voces del río”, un documental con las entrevistas; la vida cotidiana y lugares importantes en la Depresión Momposina; entre otros aspectos, que ya empiezan a tomar forma durante el proceso investigativo.

El Semillero Etnomusical forma parte de Improvizarte, grupo de investigación del Programa de Música de la Universidad Incca, dirigido por el maestro Avelino Niño. Este grupo constituye un espacio en donde se desarrollan también otros semilleros de investigación como Amanecer Creativo, Conciencia Musical, Acervo Suramericano y Tecnología Musical, entre otros.

María José Salgado
Música, Docente, Investigadora musical

¿Cómo citar este libro?

CITA (APA)

(Toro, 2015)

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA (APA)

Toro, J. M. (2015). Vamos a volar pajarito. Bogota, Colombia: Universidad Incca

¿Dónde y cuándo fue publicado el libro Vamos a volar pajarito?

Este libro ha sido publicado en Colombia, en Bogota, Bogotá D.C. Esta obra ha sido publicada en el año 2015.

Código de Barras de '.9789589009642.'
Prefijo Grupo
978-958
Prefijo Editorial
978-958-9009
Capacidad
100
Utilizado
42
42%
Universidad Incca
Registrante
n/d
URL
http://www.unincca.edu.co
Dirección
Bogota, Bogotá D.C - Colombia

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