Sinopsis
LOS DIOSES DEL HOGAR:
EL MITO Y LA LEYENDA EN CALDAS
PRESENTACIÓN
Por el milenario Camino Real de Occidente que comunicaba el imperio incaico con Panamá y el mar Caribe, trasegaban indígenas, en un intenso trueque de herramientas, vestuarios, alimentos, metales y palabras.
En 1539, el Mariscal Jorge Robledo fundó la ciudad de Anserma, conocida como La Abuela de Caldas.
Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, en la última etapa de la colonización antioqueña, los colonos poblaron lo que serían los municipios de Belalcázar, Risaralda, San José y Viterbo que, con el correr el siglo se denominaría Bajo Occidente de Caldas, a lado y lado del Valle del río Risaralda.
Los protagonistas de esos períodos recorrieron caminos que iban de sur a norte, ante todo. Al mismo tiempo había otra comunicación entre Santa Fe de Bogotá, el Chocó y el océano Pacífico. Se trataba del Camino Nacional por donde viajaban con el oro, la plata y el platino para las centralistas arcas oficiales.
El Bajo Occidente de Caldas se alimentó de la cultura popular que portaban en su memoria, su imaginación, su garganta y tal vez algunos libros, los viajeros que atravesaban la región y se detenían en las fondas camineras a descansar, alimentarse, a los placeres del licor, del amor, del tiple, la guitarra, las trovas y los relatos de hechos reales o fingidos.
El presidente Rafael Reyes, en 1905, creó el Departamento de Caldas conformado por porciones territoriales segregadas de Cauca (en mayor parte), Antioquia y Tolima. Continuó siendo una región de paso y de intercambio comercial y verbal.
Fusión estratégica, territorial, étnica y cultural. Los productos de la imaginación y el lenguaje de antiqueños se mezclaron, en el Bajo Occidente de Caldas, con los de los caucanos, indígenas sobrevivientes y chocoanos dedicados a extraer oro (Marmato) y cultivar caña de azúcar.
La mitología y la leyenda caldenses no surgieron con los antioqueños sino que ya existía en la mente y labios de otros pueblos con los que se mezclaron, lucharon y convivieron. Caldas no es el apéndice de otra región sino una confluencia de etnias y culturas.
En la obra Los dioses del hogar se rescata la mitología y la leyenda, sobre todo del Bajo Occidente de Caldas, en la forma como se presenta a comienzos del siglo XXI.
Este texto tiene como eje al municipio de San José de Caldas, el conglomerado más joven de esta región, tanto como poblado (1900) como municipio (1998). Ese conglomerado carece de una obra básica que recopile, entre otros asuntos, la mitología, la historia y las leyendas que circulan, en forma oral.
A finales del siglo XX, San José de Caldas celebraba las Fiestas del Duende y, desde su elevación a municipio, sigue organizando las Fiestas de Mitos y Leyendas, por desdicha, con énfasis en la parranda.
Esta obra no es una recopilación más. Con ella se ofrece a los habitantes de esta región la oportunidad de ilustrarse sobre los conceptos y diferencias que hay entre un relato cualquiera y un mito, un mito y una leyenda, una historia y una leyenda, pues son escasos los que han leído sobre esos temas.
Aunque el centro de la investigación fue San José, se avanzó en la búsqueda de mitos y leyendas en los pueblos que constituye su vecindario. Extender la mirada da pistas sobre el origen de muchos de los relatos que aún se escuchan en caseríos y campos del occidente transformados, por circunstancias históricas, en el resto del Departamento de Caldas.